México nació como país el 27 de septiembre de 1821 y desde entonces comenzó a escribir su historia.

En 1821 el mundo había cambiado mucho en su forma de pensar, se había forjado una idea de “civilización occidental” y su sustento ideológico era el liberalismo ilustrado económico y político.

El liberalismo económico intento establecer el camino que un país debía seguir para lograr y generar su riqueza, se propuso la libre circulación de las mercancías, la libre competencia y la libertad de mercado.

El liberalismo político proponía que el estado natural del hombre era la libertad y la igualdad, y que los gobiernos recibían el poder de los pueblos y cuando un gobierno se volvía tiránico debía ser derrocado.

La constitución de Cádiz fue promulgada en España en 1812 y se impuso convertir el imperio a una monarquía constitucional pues reducía así el poder del rey a solo legislativo.

En la nueva España fue acatada esta constitución porque a los criollos ilustrados pero a la oligarquía criolla integrada por hacendados, dueños de minas y obrajes, militares y eclesiásticos vieron con temor que esta constitución amenazaba a sus propios intereses; por ello se unieron a Agustín de Iturbide para consumar la independencia.

Cuando se logro consumar le independencia no se sabia que hacer con la nueva nación, porque tenia un inmenso territorio e incomunicado y por lo tanto era obligatorio resolver que forma de gobierno, que texto constitucional era el apropiado para el desarrollo del país.

Se decidió que la nación debía ser gobernada por una monarquía (idea claro de los criollos oligárquicos y de la iglesia). Los tratados de Córdoba firmados por Agustín de Iturbide y Juan O’Donoju establecieron: “Esta América se reconocerá por nación soberana e independiente y se llamara imperio mexicano”.

La idea era ofrecer el trono a Fernando VII y si no aceptaba le dirían a su primo o un familiar etc. Las cortes española no acepto los tratados de Córdoba, Iturbide opto por convertirse en el emperador de México.

El 21 de mayo de 1822, Iturbide fue coronado por el arzobispo de México en la catedral Metropolitana; durante el periodo del gobierno de Iturbide no sucedió nada solo designo una Junta Provisional Instituyente.

Hubo una rebelión organizada por Antonio López de Santa Anna, que promulgo el plan de Casa Mata el 1ero de febrero de 1823 se unieron al plan Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero.

El imperio mexicano solo duró 10 meses.